domingo

El Claroscuro que nos da forma.

Hasta llegar al punto máximo donde las sombras se acumulan, desde la claridad completa y total, la luz y el brillo.
Poco a poco, con algún grafito duro, despacito iremos creando el contorno de nuestra mayor obra de arte. Formando figuras, movimientos y conforme vamos ablandando el número de nuestro instrumento de producción, concebir los volúmenes y las formas, cada una de las dimensiones que nos harán reales.
Y es que para hacernos grandes y completos, debemos empezar con un plano general, por capas, con calma, distinguiendo los tonos de color, las diferentes gamas de grises que podemos hallar. Para después atinar la vista, agudizar nuestra percepción, intuir los detalles, los matices y sacar todos esos brillos que nos dan forma, y sacar la luz que llevamos dentro. Y así, llegar a ser tridimensionales, reales e irrepetibles en cualquiera de otros ojos. Así podremos ser reflejo de lo que somos, convertirnos en espejos de nuestra forma de mirar el mundo, identificarnos.
Y ser la mejor versión de nosotros mismos, y alcanzar el destello que nos defina.



“Porque somos grandes, enormes.”

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