domingo

El último pálpito.

Mi último suspiro, el último pálpito del corazón que un día contó todo aquello que sentía, que fue confesando cada parte y cada pedazo de él. Hoy nos toca despedir una etapa, cerrar un libro y comenzar con el principio del resto de nuestra vida. La continuación de esta biografía de sentimientos, sensaciones, de cada recuerdo y momento. Esta vez no es solo un nuevo comienzo, es un punto y a parte; es el final sin retorno.

Paso a paso hemos ido construyendo nuestra escalera, que a veces sube a lo alto y otras desciende, que se vuelve un laberinto en ocasiones y otras va en linea recta. Hemos llegado al punto critico, el cruce en el que nos encontramos con un amplio mapa del lugar. Se acabó dar pasos a ciegas caminando sin rumbo, ahora nos toca visualizar el plano, observar los distintos caminos que podemos elegir.

Con el tiempo me he ido dando cuenta de que cada día adoro más todavía, si es posible, a mis espías de emociones, me he enamorado de palabras firmadas y ahora mi adicción es la música de una danza invisible que me hace volar y sin ningún hechizo he llegado a hacer magia. Ése es el camino que elijo.

Cerrando una etapa pretendo acabar con ese espíritu negativo, con esas noches a oscuras con la única compañía de una libreta escrita en lagrimas. Terminando con el continuo interrogante de a dónde ir, desprendiéndome de la venda que ocultaba mis ojos.

Ahora solo queda despedirnos de este año, el que me dio tantos buenos momentos, el que consiguió que me derrumbara, el mismo que volvió a redescubrirme y hacerme levantar. Adiós a aquellas mañanas y tardes de un dos mil doce que me dejó sin palabras, que siempre formará parte de mi historia.
Un nuevo comienzo me espera, y no voy a hacerle esperar olvidándome de un pasado, porque no se trata de olvidar o esconder, se debe asumir. Aceptando que lo ocurrido conforma las páginas de nuestra efímera vida y son todas las lecciones que hemos adquirido.

¿Preparados para la continuación de esta historia?